martes, 13 de agosto de 2013

El como perder libertad ganando libertad. Parte 2: La falsa libertad de la mente.



Describir que es la mente, que es un sueño y que es la realidad es tan difícil como tratar de imaginar un color inexistente. Nuestra mente esta plagada de sinsentidos, de sentidos y de realidades alternas internas de ella. Dentro de toda esta maraña a la que hacemos llamar nuestra mente en nuestra realidad, se generan circunstancias propias de ella, que nos generan una ilusión de absoluto creencia en el poder de un total control sobre el ser y las circunstancias, cosa que es totalmente incierto, y que nos lleva a una perdida total de nuestra independencia ideológica y nos vuelve dependientes de la circunstancia.

La falsa libertad de la mente.


La siguiente historia es un tanto real y un tanto imaginación, pero esto no la hace irreal... Creo que me apresuro demasiado, en un momento entenderán queridos lectores. Esto curiosamente y para autoflagelación de mi ser en la pública red, me sucedió a mí, hace unos 5 o 6 años para ser precisos (Haciendo cuentas cuanto tenía 12 o 13 años, tomando en cuenta que tengo 18) mi situación en esos años era complicada, por decirlo así no era el chico más popular y apreciado del salón, realmente estaba en un serio problema emocional y en un completo hartazgo de mi situación de inferioridad ante el resto del grupo.

Mi vida estaba plagada de libertad, libertinaje hasta cierto sentido, desde el momento que mis papas dejaban la casa, quedaba absolutamente solo, podía hacer lo que quiera, incluso caminar sin una sola prenda por la casa por más de 8 horas al día, era lo máximo (no me malinterpreten, no lo hacía). La situación me consumió, llevaba casi 3 años en esa situación, curiosamente, cuando trate de dejar este mundo (videojuegos, computadora, televisión, y demás actividades sedentarias), me resulto enfermamente difícil, sentía necesidad, tenía una auténtica adicción a estas actividades, al grado de sentir ansiedad al dejar de jugar y tener que ir a dormir, me convertí en un verdadero adicto a jugar. La situación no mejoró y empece a dormirme cada día, más y más tarde, mis horarios variaban de entre las 3 de la tarde hasta las 12 de la noche, y en los fines de semana... ¡Ni se diga! ¡Un día pasé más de 20 horas jugando! (12:00 pm a 8:00 am del día siguiente), mi cansancio físico por las mañanas era evidente, mi aumento de peso también. Mi libertad de acción tanto física como mental se fueron limitando a un tema en específico; muchos dirán que es normal tener vicios de este tipo a esta edad, pero el que haya durado desde los 8 años hasta los 16 años, no le encuentro lo normal, deje de entregar tareas, de incluso prestar atención a mi mundo externo e interno, me volví un pariah dentro de mi realidad, sólo, adicto, y ansioso.

Ahora es tiempo de contar el trasfondo de todo esto, el como llegué a esta situación, por otras situaciones, las circunstancias de la circunstancia. Todo empieza hace muchos años, yo era un niño bastante raro para mi edad, bastante avanzado en cuestiones de comprensión de la vida y las cosas, de lo que esta bien y lo que esta mal, en general, desde muy chico desarrolle mi sentido de la lógica y la justicia. El principal problema sobreviene al hecho de un pequeño detalle, podría ser considerado prodigio, adelantado, e incluso bastante inteligente (para ser exactos y sin presumir, me habían adelantado dos años a tercero de Kinder, teniendo apenas 4 años, pero por cuestiones de la ley de Educación me atrasaron dos años por la fecha de mi cumpleaños y el hecho que todos debían cursar todos los cursos del Kinder), existía un detalle que por falta de regaños se había vuelto mi primer vicio, chuparme el dedo. Un hecho tan sencillo, me volvió un niño bastante antisocial y solitario dado el rechazo por "asco" de los demás niños, fui excluido y humillado por esto por casi 10 años. Mis padres pocas veces me reprendieron por seguir haciendolo (curiosamente mi papá es dentista), las situaciones eran raras, e incluso recibí más regaños en la escuela e incluso humillaciones ante el grupo por una maestra (Miss Betty). Esto me ayudó y perjudicó en muchos modos, me benefició por que fortaleció mi carácter antes situaciones difíciles, así como me ayudo a desarrollar mi yo interno y me perjudicó por que me encerró en una burbuja aislado y de encima burlado por los demás.

Poco a poco tanto por las circunstancias externas, la permisividad y pasividad de una parte, y el hostigamiento de la otra me llevo a un ambiente de auto-encierro mental, a pesar de tener una libertad absoluta de acción, la falta de guía dentro de la soledad de mi adolescencia y parte mi infancia, me llevo a la toma de malas decisiones, que a la larga, se convirtieron en vicios del actuar, coartando en cierta manera mi libertad de pensar y hacer, es curioso. Suena extremo, pero en parte es totalmente cierto, quien me lo niegue, que me lo diga.

Juan Miguel Peraza
13 de Agosto.